Educar niños independientes no es cosa fácil, pero como en todo, las mamás y papás tenemos talentos diferentes y se nos facilitan algunas cosas más que otras. En mi caso lo de la independencia me sale bien, de hecho es lo único que alguna vez han elogiado sobre mi crianza, digo no sé si calificaría para ganarme algún premio si lo hubiera, pero creo que mínimo si estaría nominada. En fin, con el reconocimiento de la gente que convive con mis hijos me basta, pero por si las dudas prepararé mi discurso.

Mi gran secreto

Pues bien, en vista de que no hay ningún concurso de por medio por el momento, creo que sería egoísta de mi parte si no comparto mi sabiduría con ustedes y he decidido revelar mi gran secreto para lograr hijos independientes. No les voy a mentir, es un talento con el que se nace y se construye a lo largo de la vida, no todo el mundo tiene el don. Aquí va... fanfarrías... Mi gran secreto para tener hijos independientes es: ser super floja. Así es, mi flojera por hacer las cosas que me piden cada 5 minutos me ha llevado a enseñarles cómo hacerlas por ellos mismos y estarlos probando constantemente que tanto más pueden hacer a medida que van creciendo. Solo unos años más para que puedan usar la estufa y seré feliz… es broma… not.

La cosa es muy simple, siempre que hay algo que me piden y me da flojera hacerlo, analizo su edad, estatura, habilidades motrices, que no aplique como explotación de menores y les doy instrucciones para que lo intenten por ellos mismos cruzando los dedos y esperando resultados positivos. Obviamente no siempre tengo éxito y de hecho varias veces me sale el tiro por la culata, porque ciertas actividades como abrocharse los zapatos ellos solos requiere invertir más tiempo, esfuerzo y mucha paciencia para que aprendan a hacerlos por ellos mismos. Pero lo vale, algún día lo van a aprender y ese día lo dejaré de hacer. Win-win situation

¿Por qué será difícil para algunas madres entonces?

Frecuentemente me topo con artículos para motivar a las mamás a dejar de hacer las cosas por sus hijos para hacerlos más independientes y me pregunto ¿cómo tienen energía para hacer todo eso anyway? 

Artículos de “Cómo saber si estas malcriando a tu hijo”... ¡es muy simple!, cada que hagas algo por tu hijo pregúntate si lo harías por 3 hijos y ¡ya está! dejarás de hacer un montón de cosas que solo malcrían a tu hijo y no lo hacen independiente. 

Sé que tal vez sea difícil porque se siente como que ya no nos necesitan para hacer esas cosas, y eso significa que están creciendo, ya no son unos bebés, ya casi es hora de que vayan a la universidad y nuestra vida esta perdiendo sentido poco a poco porque no queremos que crezcan nunca. Pero tranquilas, no pasa nada, hay nuevas cosas para lo que nos necesitarán y al final de cuentas esto se trata, de soltarlos poco a poco para no sentir tan duro el golpe cuando sean mayores de edad. Sí se siente feo, porque hasta yo sentí feo cuando descubrí un día que mi hija ya no me agarraba la mano para caminar., pero me consuela que al menos todavía no sabe hacer maletas (siempre hay que dejar unos cuantos trucos bajo la manga para nuestra seguridad).

Ser floja no está tan mal

Ok, tengo que confesar que esta filosofía de ser floja obviamente hace que tenga un sentimiento de culpa permanente, pero descubrí algo que alivió un poco eso, y es que, extrañamente mi método coincide en algunas cosas con el método Montessori. Pongo un ejemplo de mi experiencia: Desde que aprendieron a hablar mis hijos se la pasan pidiendo comida y bebida todo el día, así que por mi flojera puse todos sus platitos y vasitos en los gabinetes más bajos de la cocina para que estuvieran a su alcance, adapté el garrafón para que ellos mismos pudieran servirse agua con un dispensador y puse los snacks en la parte baja de la alacena (solo los nutritivos). Ahora, si han leído alguna vez artículos relacionados con la educación en casa usando el método Montessori se habrán dado cuenta que justamente una de las cosas que recomiendan es poner todo a su nivel para que el niño desarrolle su autonomía en todos sus ámbitos y ayude a su independencia. Así que ¡culpa afuera! después de todo no estoy tan mal. 

Además, nuestras mamás hacían lo mismo, sino porque otro motivo nos mandaban por las tortillas a la tiendita, no creo que lo hayan leído en algún libro titulado: “Cómo tener hijos más independientes haciendo viajes a la tiendita”. Pero igual sirvió. Yo quise aprender a manejar desde los 13 años nada más para dejar de caminar a la tiendita todos los días. No se crean, pero sí es cierto que quise manejar desde chica y andar sola por el mundo, aunque fuera a comprar las cosas de la comida, eso me hacía sentir tan independiente.

Pero aguas, la flojera es una navaja de dos filos, porque está el otro lado dónde por flojera hacemos justo todo lo contrario y terminamos haciendo todo por ellos, no porque creamos que no pueden, sino porque es más rápido y mejor hecho si lo hacemos nosotras, confieso que también he hecho eso, pero no lo digan a los jueces del posible concurso de madres del año.

Hay días que no quiero tener la paciencia de esperar a que terminen de cerrar su chamarra de zipers interminables para después ponerse atinarle a todos los dedos en los guantes, subirlos al carro y esperar a que logren sentarse en su asientito por ellos mismos aunque lo tengan que intentar mil veces porque con esa chamarra se resbalan en todos lados, y ahí es donde la flojera juega en contra. 

Esto de ser floja siempre ha sido una de las tantas culpas que manejo desde que soy mamá, porque una mamá "perfecta" no puede ser floja. Los defectos y malos hábitos son muy difíciles de cambiar a estas alturas de la vida y cuando eres mamá te topas con tantos que no sabías que tenías, que lo que queda es reírse, tratar de usarlos a favor de los hijos, y de paso convertirme en una experta para justificar mis desperfectos. Todo esto es parte del entrenamiento para cuando mis hijos crezcan y vengan con la lista de reclamos infinita. Hope not!