El verano tiene un significado especial que no tiene nada que ver con estaciones del año ni el clima, sino más bien con el disfrute, la diversión y el esparcimiento. Es por eso que debido a la pandemia pareciera que el verano nunca comenzó. Nada cambió mas que la temperatura que se volvió más calurosa haciendo un poco más insoportable el encierro.
De los momentos más tiernos como madre, es cuando mis hijos me regalan dibujos. Pero esta vez el dibujo que me entrega mi hija no se ve tan dulce como los que siempre dibuja. Aunque tardo unos segundos, me doy cuenta que es un dibujo de ella y yo. Asumo que la que está con cara enojada y rayitos saliendo de la cabeza soy yo, y ella es la pequeña que está con cara asustada y llorando. En el dibujo esta escrito “multa por”. No hace falta ser psicoanalista para darse cuenta que estaba siendo multada por haberle gritado enojada esta mañana. Me río un poco, no lo puedo evitar; ella también se ríe. Después me lo tomo en serio, me disculpo por haber gritado y le explico que estaba cansada y la paciencia se me agota más rápido cuando eso pasa.