Términos y condiciones de ser mamá de tiempo completo

martes, abril 19, 2016


Elegir ser mamá de tiempo completo es un contrato que tiene sus letras chiquitas, que sabes que debes leer pero decides ignorar por la gran alegría de saber que vas a estar con tus hijos para verlos crecer. Desde hace casi 5 años decidí dejar de trabajar para convertirme en mamá de tiempo completo aceptando los términos y condiciones que vienen con el paquete.

Algunos de la lista los he conocido por experiencia propia y otros por experiencia de mis homónimas, seguro hay más que todavía no experimento y el tiempo se encargará de enseñarme.

1.- Convertirse en ama de casa sí o sí:  Al salirnos de trabajar para cuidar a nuestros hijos nos convertimos automáticamente en amas de casa por la simple lógica de que estaremos en la casa y éste será nuestro nuevo lugar de trabajo, es una gran tradición que viene desde nuestros antepasados. Esto significa ser responsables de mantener limpia y ordenada la casa, en otras palabras, el trabajo soñado, pero porque en tus sueños te pagan por hacerlo, say whaaat?! 
Me van a disculpar, pero soy el tipo de persona que no le ve el punto a invertir tiempo y mucho esfuerzo a estas actividades si a las dos horas (y se me hace mucho) los hijos se van a encargar de dejar la casa como estaba o peor.  Para evitar frustraciones, caída de cabello y mamá malhumorada todos los benditos días, la solución es contratar servicio doméstico con un promedio de dos días a la semana, pero no olvidemos que acabamos de reducir el ingreso de la familia significativamente, así que en muchos casos, como en el mío, esta opción puede peligrar reduciendo la frecuencia o incluso desapareciéndola. ¡Me lleva!

Lo cual nos lleva al siguiente punto:

2.- Renunciar a "gastos extras" o "innecesarios": Adios a las cremas anti-arrugas de marca sofisticada, los tratamientos faciales, la keratina con chocolate en el cabello… wait wait, what!
No importa que tan bien o más o menos le vaya al que quede como proveedor de la casa, tener menos dinero siempre pone nerviosa a la gente al principio, y aún cuando se ha llegado a una decisión de común acuerdo por el bienestar de la familia y los hijos, es difícil para el proveedor acostumbrarse a este nuevo estilo de vida y en esta sociedad es común sentir que nos están haciendo un favor al dejarnos ser mamás de tiempo completo, y que por lo tanto no somos merecedoras de gastar en nosotras porque ya no generamos dinero. ¡No lo hagas! Por favor no te sientas culpable de no ganar dinero, es bien sabido que para ser una mejor mamá / persona es necesario invertir en nuestro bienestar, y si la cosa realmente está bien cabrona siempre nos las ingeniamos para encontrar una manera de hacer dinero para nuestros gastos "innecesarios", ya sea freelanceando, vendiendo productos, juntando cupones para ahorrar, administrando mejor el dinero, etc. 

3.- Cuando quieras regresar al trabajo: Es muy común que después de que los hijos alcanzaron cierta edad, las mamás que dejaron sus empleos busquen de nuevo la satisfacción que da un trabajo remunerado, pero después de tantos años, para la jungla de concreto somos como recién egresadas con la desventaja de la edad menos todas las actualizaciones de la profesión. Es probable que tengamos que conformarnos con menor salario y tal vez un trabajo que no tenga nada que ver con la profesión que teníamos antes de ser mamás de tiempo completo, pero que más da, nos mantendrá ocupadas, nos satisfará la necesidad de seguir siendo productivas e incluso podría hasta divertirnos la nueva experiencia. 

4.- Divorcios: Aquí es dónde cambia la cosa, más allá de si estás por bienes separados o mancomunados, siempre hay la posibilidad de estar en los peores escenarios, esos en los que nadie queremos pensar porque simplemente “a mí no me va a pasar eso" o "mi esposo nunca haría eso tan cabrón, es súper civilizado", esos casos desagradables en los que se convierte en una guerra de quién chinga más, qué abogado es el más picudo, y cómo dar lo menos que se pueda a la pareja, sin pensar en las repercusiones al hijo o hijos en cuestión. 
En estos casos es imperativo regresar al trabajo, pero ahora sí importa el puesto que tengamos y el sueldo que ganemos, ya no se trata solo de sentirnos productivas y hacer algo que nos guste, se trata de mantener una familia y tratar de conservar un estilo de vida al que tus hijos y tú estaban acostumbrados. Y en cuánto más edad tengamos peor se pone el asunto.  


Sé que todo el panorama suena como una inversión de alto riesgo, y que seguro todas nos hemos hecho las mismas preguntas: ¿debo apostar todo al bienestar de mis hijos? ¿dónde quedo yo al final cuando ellos se vayan?  
Todas las decisiones que tomamos en la vida llevan un riesgo, y el que no arriesga no gana, así que mi teoría es que mientras sigamos nuestra intuición, pensemos en el ahora, hagamos lo que en este momento creemos mejor para el bienestar de nuestra familia sin olvidarnos de seguir teniendo sueños y ambiciones para nosotras mismas, todo estará bien. Esto no es un contrato para siempre, en cualquier momento podemos cambiarlo y adaptarlo a nuestras necesidades y las de nuestra familia, y si una catástrofe llega, vamos a ser fuertes, vamos a sobrevivir y vamos a salir adelante como lo hacemos las mujeres. 

He estado cerca de varias mujeres que han tomado este camino y que han tenido que empezar de cero, gracias a ellas tengo la seguridad de que puedo lograr lo que sea, ellas me inspiran y me dan la fuerza que necesito para creer en mi intuición y no tener miedo a tomar decisiones que en un futuro puedan dejarme vulnerable, porque es cierto lo que dicen, al final lo vale y ninguna madre se ha arrepentido nunca de haber pasado mucho tiempo con sus hijos.

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