La odisea de una fiesta infantil

viernes, junio 17, 2016

A mí no me gusta mucho celebrar mi cumpleaños con una gran fiesta o con mucha gente, me produce estrés la organización y termino sin disfrutar como quisiera. Pero hace siete años cambió mi vida en muchos aspectos, me convertí en madre y desde entonces lo único que quiero es que mis hijos sepan lo especiales que son para mí. Cada año el día de su cumpleaños procuro hacer algo especial, aunque sea pequeño, un detalle que haga el día diferente a los demás para hacerles sentir un poco de lo que yo sentí el día que llegaron.

En su primer cumpleaños no me esforcé tanto, eran todavía muy pequeños y como vivíamos lejos de la familia, decidimos festejarlos en casa, pedir comida, comer pastel, hacernos piojito, mecernos, tomar cheves (solo mayores de edad), vomitar ocasionalmente (infantes mayormente) y con suerte tener 8 horas de sueño ininterrumpido. Nuestra excusa es que no se iban a acordar de todos modos. 

Los niños empezaron a hablar y a relacionarse con otros niños, su vida social oficialmente había comenzado y con ella los compromisos sociales, además todo parecía indicar que ya almacenaban recuerdos en sus pequeñas mentecillas. Fué entonces cuando llegó el momento de hacer nuestras primeras fiestas infantiles, un poco temerosa por el estrés me lancé a la aventura de organizarla. Tenía claro que como no estaba nuestra numerosa familia sería una reunión pequeña con las personas de Guadalajara que más apreciamos y que sabes que te quieren lo suficiente para soportar un evento con niños, en un lugar con juegos no muy grande y con comida para todos. That was it!  Sin más complicaciones y adornos, práctico y divertido. 

Todo cambió cuando nos mudamos a Monterrey, queríamos regresar con la familia, ¿no? Pues ahora los invitas a todos. ¡Si, claro!  La última vez que tuve una lista de invitados tan larga fue en nuestra boda y no hay manera de que eso se haga anualmente y por dos.
Ok, tranquila – me dije –  no pierdas la calma y mejor ponte a buscar lugares primero y luego ya acomodaremos la lista. ¡Jesús de Veracruz! ¿Cuánto dijo? ¿Por cuántas horas?  Supongo que incluye una entrada al concierto de Beyoncé, ¿verdad?, ¿No? Ok, déme un momento para respirar y reconsiderar las decisiones de vida que he hecho. 
Mientras respiraba profundo me preguntaba si en el tiempo que no estuve en Mty hubo alguna política nueva de tener solo un hijo porque no creo que paguen esto por cada hijo en el mismo año ¿o si?… Luego recordé que todavía faltaba agregar todas esas cosas que están de moda: barra de dulces, decoración, piñata, el disfraz de el cumpleañero, las bolsitas de dulces que ahora ya vienen siendo opciones más sanas como juguetitos o cuadernos para colorear, y el show, que por suerte nos la hemos arreglado para criar niños que no creen en la existencia de shows en sus fiestas (inception).

No way José! Haré mejor el festejo de cada uno en la escuela con sus amiguitos, llevo pastel, bebida y se acabó… mmmm pero falta la familia… Bueno hacemos una reunión pequeña con cada familia porque las dos juntas no caben en la casa, un pastel y algo de comer, ¡listo!… mmm pero faltan los amigos cercanos que tienen niños, seguro a los niños les gustaría que ellos estuvieran, además siempre nos invitan a sus fiestas infantiles. Ok, hacemos otra reunión con ellos… ¡espera! ¿Cuántos pasteles llevo? ¿Qué voy a ofrecer de comer que no salga tan caro? ¿Cuántas veces tengo que limpiar la casa considerando antes y después de la reunión?… Respira profundo.

No había remedio, tenía que ser en un salón para matar varios pájaros de un tiro, eso sí, juntaríamos los dos cumpleaños en una sola fiesta sí o sí. Después de la difícil tarea de hacer la lista minúscula de 60 invitados, solo faltaba decidir el salón, las bolsitas, el pastel… ¡Oh Dios! ¿Cuándo acabará esta pesadilla?

¡Por fin, todo estaba listo! Sorprendentemente, el parque de diversiones Plaza Sésamo, que a nuestros hijos les gusta mucho, era la opción más económica y además de tener juegos y área acuática, ¡ya incluye un pequeño show con personajes y pases anuales! No habría decoración extra ni de pedo y las bolsitas serían tradicionales con dulces y golosinas, ¡me vale no ser mamá sana-cool!

Llegó el día de la fiesta, pronóstico del clima: 60% de probabilidad de lluvia. What!? Are you kidding me! Por favor Dios que no llueva hasta la noche, por favor, por favor… Lo siento – respondió Dios – y dejó caer el diluvio que usó para el arca de Noé. Respira profundo, disimula con tus hijos, pon una sonrisa y haz que se calle tu esposo apocalíptico que ha empezado a odiar a todo el mundo.
Yo solo miraba al cielo con mis flats hechos un charco buscando por nubes blancas. Pasé por todas las etapas de duelo: 
1.- Negación: ¡Esto no me puede estar pasando a mí! 
2.- Ira: ¡Con una chingada, no vuelvo a hacer una fiesta infantil en mi vida! (solo lo pensé, no lo dije en voz alta porque seguía con mi sonrisa forzada para mis hijos. 
3.- Negociación: Por favor Dios, si paras la lluvia te prometo darles bolsitas de dulces sanas la próxima vez. 
4.- Depresión: No tiene caso esta es la peor fiesta infantil del mundo. 
5.- Aceptación: Bueno ya estamos aquí y lo menos es hacer que el día sea divertido para los niños.

Después de la tormenta llegó la fiesta, casi todos vinieron a pesar del diluvio que iba y venía, y por eso estamos eternamente agradecidos. Los niños como cualquier niño no se agüitaron, bueno al menos no en el sentido figurado, y disfrutaron mucho con la compañía de todos, y nosotros disfrutamos verlos felices.  

Después de organizar fiestas infantiles, sobre todo para alguien que no se le da eso, aprendes a apreciar que si alguien te invita a una fiesta infantil, es porque de verdad te considera importante en su vida. Pero juro que el año que sigue no habrá fiesta infantil… a quién quiero engañar, eso mismo dije en la sala de parto de mi primera hija y ya sabemos lo que pasó después: ¡llegó el segundo!

Agradecimientos especiales a Marce y Luis que años atrás nos prestaron su casa para hacer la fiesta sin saber en lo que se metían. De verdad significó mucho para nosotros.


La única foto donde salimos todos y sin pastel embarrado.
Estábamos tan ocupados en subirnos a todos los juegos cuando la lluvia nos dejaba, que nos olvidamos de tomar fotos de los juegos del parque. 
CUMPLEAÑOS 5&7






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