El "date" en tiempos de hijos

martes, enero 29, 2019


Tener dates con tu pareja una vez que han llegado los hijos no es un lujo, es una necesidad. Solo nos tomó 9 años descubrirlo. Y es que al principio no parece tan necesario, porque todo el asunto de ser padres te absorbe, te envuelve y te abruma como una víbora apretándote lentamente por años sin matarte por completo, y todos tus esfuerzos se concentran en que todos sobrevivan.

Por muchos años vivimos lejos de la familia y no podíamos recurrir a esa fuente de confianza que pudiera cuidar a los niños para que pudiéramos salir solos. Gracias a amigos fantásticos (sin hijos) que se aventaron a cambiar pañales y a los cuales tal vez nunca les podamos devolver el favor pero que siempre, siempre les estaremos eternamente agradecidos, pudimos lograrlo un par de veces al año. Ahora que vivimos cerca de la familia de nuevo, descubrimos que aunque nos han ayudado muchas veces a poder ir al cine solos (y estamos sumamente agradecidos) ellos también tienen vidas, ocupaciones y compromisos sociales. Y por muy mal agradecido que suene, no es suficiente para el mantenimiento de nuestra relación.

Después de 9 años con hijos, entendimos que salir con tu pareja es una necesidad para la relación como hacer ejercicio lo es para el cuerpo, y de igual manera, dependiendo la frecuencia con lo que lo hagas serán los resultados.

Sabemos que el sexo quema calorías, pero tener dates con tu pareja cuando tienes hijos es lo que construye ese six pack en el abdomen y fortalece los músculos de la relación.

Planear los dates, como planear ir al gym, a correr, a la clase de zumba o a escalar, tal vez suene como algo más que organizar en tu ocupada agenda y eso no es romántico, pero seamos realistas, el romance murió después de la primera vez que le dijiste a tu pareja a las 3 de la mañana “te toca”.

Para lograr encontrar una manera de tener dates, empezamos por quitarnos las expectativas del date sensual que pasa en la noche con copas de vino, sin dejar a un lado lo que es realmente importante. En mi caso, para que un date se sienta como uno tiene que cumplir mínimo dos requisitos: estar a solas con mi pareja y hacer algo que normalmente no hacemos. En cuanto a frecuencia, mi ideal era encontrar algo que pudiéramos hacer una vez a la semana, tal vez suene muy ambicioso pero nadie se mete a clases de yoga sin ambicionar pararse de cabeza algún día, tienes que poner una meta e intentarlo.

Después de un esfuerzo por encontrar un espacio en nuestras rutinas, lo logramos. Ahí chiquito, despuesito de “Dejar niños a la escuela” y antes del “Trabajo” estaba ese tiempo para nosotros solos, esperándonos en algún lugar cerca del trabajo, con nuestras ojeras y nuestras caras de zombies, para recibirnos con cafés bien cargados o jugos nutritivos (a mi esposo no le gusta el café, no lo odien).

Necesito que hagamos una pequeña pausa para que entiendan el esfuerzo que esto significa para mí que nunca he madrugado por gusto para nada en mi vida. Estos dates significan renunciar a una hora más de sueño, y cuando alguien como yo hace algo así por pasar un tiempo contigo a solas, eso señores del jurado, es amor. Por otro lado mi esposo en la vida tomaría el desayuno como una comida que se hace fuera de casa, mucho menos para una cita, así que calificaremos eso también como amor.

Tal vez tu no encuentres ni ese cachito de tiempo en tu agenda, si es así te paso el tip que escuché de otra pareja en la misma situación. Ellos hicieron un acuerdo con amigos de confianza que estaban en las mismas, y decidieron que una vez a la semana o cada 15 días (no recuerdo la frecuencia), se turnarían en cuidar a los niños, para poder tener dates. Tiene lógica, así como conseguimos y convencemos amigos para acompañarnos y motivarnos a ir al gym, seguramente puedes conseguir esos amigos que entienden perfectamente la situación de los dates frustrados y se verán igualmente beneficiados, solo es cuestión de que lo propongas.  “It takes a village”

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