NO es normal sentir miedo cuando caminas por la calle a las 8 de la mañana.

NO es normal cambiarme la sudadera, antes de salir de mi casa, por una que cubra mi trasero para no llamar mucho la atención.

NO es normal caminar sosteniendo mi llave fuertemente en un intento de sentirme segura con la esperanza de que parezca una navaja.

NO es normal sentirme desnuda cuando un carro pasa a mi lado y me pitan y se me quedan viendo.

NO es normal sentir que tu corazón se detiene cuando una camioneta blanca reduce la velocidad a un lado tuyo, aunque solo sea para estacionarse.

NO es normal pensar que yo tengo la culpa por haberme ido caminando sola, si el clima estaba perfecto y me encanta caminar.

NO es normal que decidiera no poner música en mis audífonos porque eso me haría estar menos alerta.

NO es normal preguntarme si tengo activado eso de la ubicación en mi celular.

No es normal fingir que no le tengo miedo a nadie, mientras reviso a dónde correría si alguien intentara secuestrarme.

NO es normal repasar en mi cabeza tutoriales de defensa personal que vi en YouTube pero que nunca he practicado.

NO es normal dejar de disfrutar caminar al aire libre solo porque no quiero sentir miedo.

Me rehuso a dejar de caminar al aire libre. Me rehuso a ser prisionera del miedo.

Tengo derecho a sentirme libre del miedo de ser mujer.

Tengo derecho a caminar libre por la calle.

Tengo derecho a ser libre de vestirme como quiera.

Quiero ser libre. Exijo ser libre.

Hemos normalizado muchos comportamientos pasivo-agresivos que dañan la integridad de la mujer, ocasionando una bola de nieve que cada vez hace más grandes las estadísticas de feminicidios.

Lucha, lucha y educa como si tu vida, la de tu mamá, tu hermana, tu hija, dependiera de eso… porque así es.