Historias de cuarentena. Estado emocional colapsado

martes, abril 07, 2020


Oficialmente todos en esta familia hemos colapsado en menor o mayor medida nuestro estado emocional en esta cuarentena. Mientras que muchos apenas empiezan su día 1 de la cuarentena, otros siguen saliendo por necesidad y otros por *%&/$*, nosotros llevamos 3 semanas de encierro.

La primera en colapsar fue Malena, una semana después de que empezáramos el aislamiento, tuvo insomnio horrible por un par de días. Lloraba porque quería dormirse y no se podía dormir, llegó a quedarse despierta una noche hasta las 4:00 a.m.
Casi por acabar la segunda semana empezó a colapsar Andrés, jodiendo a su hermana (que ya podía dormir muy bien) a la hora de dormir porque él todavía tenía mucha energía y no quería dormirse.
Le seguimos papá y mamá el fin de semana que cumplimos la tercer semana de estar los cuatro encerrados. Miguel nos mandó a volar a todos para estar solo, cuando la carne asada del sábado que siempre había funcionado para levantarnos el ánimo, no tuvo el mismo efecto ese día. Por último, llegó el mío el domingo, cuando estaba muy agusto entrepiernada para dormir y de la nada comencé a sentir una presión en el pecho y no podía respirar bien. No pude hacer otra cosa más que llorar para sacar lo que fuera que estuviera sintiendo. Tal vez no ayudaron nada los dos capítulos de The Ozarks que vimos (la serie más estresante de la vida), lo quise compensar con algunos capítulos de Brooklyn 99, pero creo que no funcionó del todo. Aunque la verdad es que, con o sin series, ya había señales días atrás pero las ignoré porque todo parecía normal. Había dejado de postear y eso siempre es signo de ansiedad para mí.

En fin, aquí estoy a las 2:00 a.m. haciendo recuento de los daños después de haber sacado todo con llanto y respiraciones profundas. Identificando mis emociones. Analizando lo que detona mi ansiedad. Disfrutando del silencio cuando todos están dormidos. Silencio que acaba de interrumpir el congelador haciendo un ruido que no sé como no ha despertado a todos. Ruido que sirvió para recordarme que tenía que bajar comida para los siguientes días ¿Acaso el refrigedador me esta avisando que tengo que bajar comida? Maldita sea oficialmente estoy perdiendo la cordura y me he convertido en la señora de Requiem for a Dream que habla con el refrigerador ¡Suficiente! Me voy a dormir. A resetear el sistema y reiniciar por la mañana todo mi estado emocional. 

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