¡A la mecha! – dijo Malena un día por la tarde sorprendida por alguna cosa que había pasado. Después de reírme internamente, le pregunté de dónde había sacado eso. ¡Claro! se trataba de una de esas cosas que se pegan en la escuela y tal como un virus o los piojos, contagian a los demás pequeños de cada casa donde tuvo alcance. Empezó...
Andrés (5 años) Mientras papá y yo admirábamos un hermoso Pontiac Fiero (no me pregunten más porque no tengo idea) rojo con asientos de piel beige estacionado a un lado de nosotros en el estacionamiento, explicábamos a los niños que a ese tipo de carros se les llama autos deportivos. Después de unos minutos la única pregunta fue la de Andrés: ¿Por qué...
– ¿Lo puede usar en una oración? – Mi hermano es muy guerroso. Lo bueno es que encontré esta palabra en un respaldo de mi teléfono que me ha estado fallando desde hace un rato, lo malo es que ya casi no dicen palabras como estas porque crecen y se van adaptando más al vocabulario de la real academia de la lengua española....
Era la 1:30 a.m. aproximadamente cuando regresamos a casa después de despedir el 2016 brindando con la familia. Esta vez el cuerpo no dio para seguir hasta el amanecer o para tomar hasta vomitar, aunque del vómito no me libré porque unos días antes había sacado tres veces todo lo que había guardado desde navidad. Regresamos arrastrando el cansancio que tenemos desde navidad...